viernes, 29 de enero de 2016

EL TRATADO DE MAASTRICHT Y LOS PRESUPUESTOS DE CASTILLA-LA MANCHA PARA 2016

 
Hace justo un mes que el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha aprobó el anteproyecto de Ley de Presupuestos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (JCCLM) para 2016.

El próximo paso sería que dicho anteproyecto tuviese entrada en las Cortes de Castilla-La Mancha y comenzase el proceso de debate y aprobación del mismo.

Hace un mes que no se ha vuelto a saber nada de ese documento.

No obstante, gracias al Tratado de Maastricht y a las condiciones de estabilidad presupuestaria, unión monetaria, papel del Banco Central Europeo y forma de financiar los déficits públicos establecidas en el mismo, podemos adelantar sin temor a equivocarnos demasiado, cuál va a ser la magnitud de una de las principales partidas de los mismos: la dedicada al pago de intereses y amortización de la deuda pública autonómica.

De acuerdo con la información pública disponible en las páginas web del Banco de España y la Intervención de la JCCLM (cuenta general y ejecución presupuestaria), el Gobierno de Castilla-La Mancha ha destinado de media entre los ejercicios 2012 y 2015 casi un 20% del gasto total a pagar los intereses y a amortizar la deuda pública emitida por esta comunidad autónoma.

De unos gastos totales medios anuales de 8.200 millones de euros en este período, alrededor de 1.650 millones de euros de media al año se han destinado a devolver deuda (1.225 millones de euros) y sus correspondientes intereses (425 millones de euros).

Para hacernos una idea de la magnitud de este importe, valga señalar que en 2014 el gasto destinado a “Educación, cultura y deportes” y al “Servicio de Salud de Castilla-La Mancha” por parte de la JCCLM fue de 1.441 y 2.487 millones de euros, respectivamente. Es decir, después del SESCAM, la partida de gasto de mayor envergadura en los presupuestos será la destinada a la deuda pública.

Sirvan estos datos para denunciar que, mientras no se cuestione y se rompa con las ataduras que se derivan del Tratado de Maastricht, los principales beneficiarios de los presupuestos públicos no serán las personas, sino la gran banca (BBVA, Santander, Caixabank) y los fondos de inversión que especulan con la deuda de las administraciones públicas.

Recientemente el Gobierno de Castilla-La Mancha ha anunciado que destinará 600 millones de euros en 2016 al Plan de Emergencia Ciudadana. Eso está muy bien. Pero que quede claro, destinará aproximadamente tres veces más a hacer frente a sus compromisos financieros, o lo que es lo mismo, a rescatar bancos por la vía indirecta de sus inversiones “seguras” en deuda pública y a acrecentar ganancias de fondos de inversión especulativos.

Así es la Unión Europea, amiga de sus amigos, pero que pague la ciudadanía. ¿Nos podemos hacer una idea de las posibilidades de mejorar los servicios públicos castellano-manchegos de acuerdo con principios de justicia social y participación ciudadana si se pudiera contar con los 1.650 millones de euros al año que ahora se destinan a mejorar la cuenta de resultados de bancos y grandes fortunas?

PD: Consuelo de tontos/as. Esta situación no es exclusiva de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Otras comunidades autónomas, ayuntamientos y Gobierno de la Nación disfrutan de escenarios similares.

 

miércoles, 20 de enero de 2016

LOS PRESUPUESTOS DE CASTILLA-LA MANCHA PARA 2016: DE MOMENTO, LAS MISMAS FORMAS

 
El 4 de diciembre de 2011, cuando al Gobierno del PP en Castilla-La Mancha (CLM) ya apuntaba maneras en la preparación de su política de tierra quemada para esta región, escribí una entrada en mi blog con el título “Hay alternativas en Castilla-La Mancha: políticas para las personas, no para los especuladores” http://gregoriolopezsanz.blogspot.com.es/2011/12/hay-alternativas-en-castilla-la-mancha.html La misma acababa con la siguiente frase: “Lo primero de todo, reinventar la democracia”.
A nadie debería escapársele que la verdadera filiación ideológica de un gobierno no se deriva de la establecida en los estatutos del partido o partidos que lo apoyan, sino de las diferentes partidas monetarias que plasma (o no) en los presupuestos para acometer las distintas políticas públicas de su competencia.
El actual gobierno del PSOE de CLM tomó posesión a principios del pasado mes de junio de 2015. De acuerdo con la ley, el 1 de octubre debería haber presentado en las Cortes de CLM el proyecto de presupuestos para 2016. Debido al traspaso de poderes y demás cuestiones relativas al cambio de Gobierno, se anunció que los presupuestos sufrirían un retraso en su tramitación y aprobación. Hasta ahí, nada que objetar. Dicha argumentación es razonable.
Por fin, en el Consejo de Gobierno del 29 de diciembre de 2015 se aprobó el anteproyecto de la Ley de Presupuestos de 2016 que debe comenzar a partir de ahora su tramitación con la intención de que sean aprobados definitivamente durante las próximas semanas por las Cortes de CLM.
Tiempo habrá de estudiar con detenimiento el fondo de dicho proyecto de presupuestos. Muchas personas y colectivos están esperándolo con gran interés para determinar hasta qué punto el cambio de gobierno en CLM se va a reflejar también en las políticas que afectan a la vida cotidiana de la gente.
De momento las formas son más de lo mismo. Más de la vieja política. Es decir, la participación ciudadana está completamente ausente de su proceso de elaboración y aprobación de los presupuestos. Los presupuestos los elaboran técnicos/as expertos/as, y cuando ya están cuadrados, se pasan a la consideración de los representantes del pueblo en las Cortes de CLM (democracia representativa), saltándose así un paso fundamental en la línea de la transparencia y la democracia directa: la determinación de las prioridades de ingresos y gastos por la vía del debate y el acuerdo directo de la ciudadanía (democracia participativa).
A pesar de estos tiempos tan ajustados, si hubiera habido voluntad política, con carácter inmediato se podría haber puesto en marcha un proyecto piloto para la implantación de unos presupuestos autonómicos participativos. Luego, ese proyecto piloto se podría transformar durante el año 2016, en una figura legal estable contemplada en el Estatuto de Autonomía, para que con independencia del signo político de los futuros gobiernos autonómicos, la decisión sobre la asignación y gestión del presupuesto de la Junta de Comunidades resida DIRECTAMENTE en el pueblo. Pero claro, eso supone reducir el poder del Gobierno regional en favor del pueblo, e insisto, ello requiere voluntad política.
Sería bueno que a partir de ahora, con tiempo por delante para definir y aprobar el correspondiente procedimiento de participación ciudadana, se avance en esta dirección de democracia directa, transparente y sin intermediarios. Y que no sea solo de manera estética, para cubrir el expediente, sino que enraíce y penetre en todos los ámbitos de la sociedad civil.

viernes, 8 de enero de 2016

ECONOMÍA SOCIAL, COOPERACIÓN Y PROPIEDAD COMÚN

 
El próximo lunes 11 de enero, a las 5 de la tarde en la Casa de la Cultura “José Saramago” de Albacete, los/as compañeros/as de Ecologistas en Acción de Albacete y Tangente Grupo Cooperativo van a desarrollar un seminario de fomento de la economía social. El objetivo es remarcar que la economía, o es social y cooperativa, o no sirve a las aspiraciones de vida digna de la mayor parte de las personas.
 
Hasta que el capitalismo ha inoculado el virus contagioso de la competitividad en todos los órdenes de nuestra vida, las sociedades humanas han basado su supervivencia en la cooperación y la ayuda mutua. No sólo las sociedades humanas, sino la mayor parte del resto de seres vivos.
 
No debería ser necesario colocar el adjetivo “social” al sustantivo “economía”. Desde antiguo la economía siempre se entendió como la gestión y el aprovisionamiento de los bienes necesarios para el hogar, para la comunidad. En Grecia se distinguía entre la “oikonomía” (oikos = casa, nomos = ley) y la crematística, entendiendo por ésta última la disciplina orientada al acrecentamiento y acumulación de riquezas.
 
La economía convencional, capitalista y de mercado, productivista y esquilmante, no tiene consideración alguna ni a los límites físicos y biológicos de la Madre Tierra, ni a la igualdad y el respeto entre las personas. Hoy en día, el éxito económico se mide con el crecimiento de magnitudes monetarias (crematística) y no con la satisfacción de las necesidades básicas de las personas mediante procesos que queden bajo el control de las mismas.
 
A pesar de que una parte importante de la sociedad ha desoído e incluso se ha mofado del mensaje y las reivindicaciones de los colectivos ecologistas, el paso del tiempo no hace más que ratificar inexorablemente que sus preocupaciones pioneras en ámbitos como el cambio climático, la amenaza nuclear, la pérdida de biodiversidad, el exceso de infraestructuras públicas de transporte (autovías, AVE´s, aeropuertos), la contaminación en las grandes ciudades, el armamentismo,…hoy son problemas muy graves para el conjunto de la humanidad, reconocidos incluso por organismos internacionales nada sospechosos de “antisistemas” (ONU, Comisión Europea).
 
Todas las gentes y colectivos de Albacete, provincia y alrededores están invitadas a participar en este primer encuentro que pretende ser germen, impulso y aglutinante de experiencias cooperativas que ya están en marcha en nuestra tierra, y que en el futuro están llamadas a tener cada vez mayor protagonismo.
 
Los bienes comunes no han muerto. Son futuro frente a un mercado inhumano, basado en la primacía de la propiedad privada (incluso a veces en la propiedad pública), que todo lo compra y lo vende para mayor gloria de las cuentas de resultados de las grandes corporaciones. Los bienes comunes sirven a la comunidad, los tienen que crear y cuidar las personas.
 
En 2009, Elinor Ostrom, profesora de la Universidad de Indiana (EE.UU) recibió el Premio Nobel de Economía por sus trabajos sobre la gobernanza económica de los comunes o propiedad común. Al hilo de este hecho el profesor Federico Aguilera Klink (2009), de la Universidad de La Laguna, publicó unas breves notas donde señalaba, entre otras cuestiones, las siguientes: http://ecoecoes.es/descargas/Aguilera_Nobeleconomia_ElinorOstrom.pdf
 
“Elinor Ostrom ha mantenido su preocupación por temas ‘transdisciplinares’ o, si se quiere, más abiertos o menos economicistas, como la gestión de recursos naturales de propiedad comunal, para cuyo estudio y adecuada comprensión son mucho más relevantes la antropología, la ciencia política y la sociología que la economía convencional con sus rigideces unidimensionales (reducción a los valores monetarios) (…)
¿Tendremos alguna vez la inteligencia (intelecto más afecto) para atrevernos a pensar y actuar en términos de Recursos de Propiedad Comunal o Planetaria, tal y como lo hacen muchas culturas ‘pobres y atrasadas’ como muestra Ostrom desde hace tiempo o seguiremos creyendo que somos cultos y democráticos mientras saqueamos el planeta en nombre de una supuesta eficiencia, de un supuesto mercado y de unos supuestos valores democráticos?”.

jueves, 7 de enero de 2016

PALABRAS GASTADAS, CAMINOS PENDIENTES: LA CONFLUENCIA POLÍTICA

 
Cuenta mi querido amigo y maestro Federico Aguilera Klink, ciudadrealeño de nacimiento y canario de adopción, que un día, caminando por el campo isleño, entabló conversación con un pastor de cabras. Éste le dijo, “Mire usted, no se confunda, que los pastores tenemos mucho tiempo para pensar”.
El resto de mortales posiblemente dediquemos menos momentos a esa tarea que nos permite tanto tomar postura ante lo que ocurre a nuestro alrededor como encaminar nuestras energías para transitar por la vida.
Pensamos con el lenguaje; sentimos con las personas. Unas veces no pensamos lo que sentimos, y somos corazón y principios. Otras no sentimos lo que pesamos, y somos cabeza y estrategia. Más cuando sentimos lo que pensamos, caminamos solos/as, en busca de más gente, claro.
Y como conviene percatarse cuanto antes de que hemos entrado en un callejón sin salida, apuesto por eliminar de nuestro lenguaje el término “confluencia o convergencia política”. Ello no implica que no estime conveniente alcanzar la unidad de acción en el ámbito político preelectoral (o postelectoral, si no se ha conseguido el anterior), pero no de cualquier manera. Sólo me vale si es a través de formas horizontales, transparentes y participativas.
Las acepciones de confluencia referidas a la junta de ríos o caminos, tienen tanta fuerza metafórica como mezcla de aguas y destino común de pasos, que en nada se parecen a la mayor parte de las experiencias reales de confluencia vividas en los procesos electorales del último año en España. Dichas experiencias, en el símil acuático, cabría incluirlas más en la sección de fontanería política a presión que en la de flujos por gravedad. El fin es el camino (sí, el camino), y en el destino no lograremos ser nada distinto que no hayamos sido durante el viaje. En el camino sembramos y aprendemos…sentimos con la gente.
En lo que respecta a los partidos políticos españoles más críticos con los planteamientos de la Troika (el verdadero gobierno en los países de la Unión Europea, no lo olvidemos), el ansia y la soberbia, con distinta intensidad, incluso con procesos de ida y vuelta, ha hecho que se hable más que nunca de confluencia política. En realidad se ha tratado de una experiencia medida y calculada por las élites de los partidos, nunca por las bases ni la ciudadanía en general. Han sido las cúpulas centrales las que han determinado lo que podía o no pensarse en los diferentes ámbitos territoriales, dejando huérfanos los sentimientos de gente, que con muchísimas dudas respecto a los cambios reales que podían ser gestados y gestionados por los partidos, estaban por otorgar un voto de confianza a esta posibilidad.
Creo que los procesos de organización, lucha y empoderamiento comunitario deben de ser, por este orden de prioridad, ciudadanos/as, sociales y, sólo al final, políticos. De lo contrario, confiarlo todo a alcanzar el poder político por la vía electoral, hace que olvidemos lo esencial: las sociedades las construyen personas y colectivos, desde el barrio de la gran ciudad, a la aldea más remota de nuestro mundo rural. Los cambios electorales y políticos pueden o no ser, o ser efímeros y/o frustrantes si no van de la mano de cambios sociales de base.
“Confluencia o convergencia política” es una expresión gastada, vacía. Compendio de malas prácticas del pasado. Lastre para pensar y ser en el futuro:
- nos distrae y despista: nos mantiene dando vueltas sobre la forma y nos oculta el fondo.
- embota nuestra imaginación: impide pensar otros mundos posibles que nacen de personas y colectivos.
- es plana: incapaz de captar y macerar la diversidad social.
Frente a expresiones gastadas:
- Nuevas palabras, escenarios y valores que emocionen y nos hagan sentir, sin dirigir ni forzar nada.
- Construcciones reales desde abajo, donde la estructura orgánica de los partidos sea una parte más, nunca protagonista.
Caminos pendientes para ser protagonistas. Donde nadie piense ni sea por nosotros/as. Donde los sueños de las personas nunca tengan que ser autorizados por nada ni nadie.