lunes, 17 de noviembre de 2014

GANEMOS CASTILLA-LA MANCHA: EL TIEMPO DE LO DIFÍCIL


 
"Voy con las riendas tensas
y refrenando el vuelo,
porque no es lo que importa llegar solo ni pronto,
sino llegar con todos y a tiempo".
León Felipe
 
Se cumple poco más de una semana del nacimiento de Ganemos Castilla-La Mancha en Alcázar de San Juan. El antes, el durante y el después de esta iniciativa ciudadana se ha caracterizado por la desconfianza, la indiferencia y/o la hostilidad, no tanto de las personas a quienes se dirigía, como de algunas organizaciones políticas y colectivos sociales.
Así no vamos a llegar muy lejos. Así no vamos a llegar a ninguna parte. Ni unos/as ni otros/as.
Esto no sería mayor problema si hubiese otras alternativas de gobierno con sensibilidad social…pero eso no es así. Si los/as ciudadanos/as de Castilla-La Mancha no se organizan y movilizan para ganar las elecciones y definir un gobierno de y para la gente, tendremos más política de la vieja: de la tierra quemada, del clientelismo, de la humillación y de la corrupción.
Somos muchas personas las que creemos que hay que tomar el tren de Ganemos Castilla-La Mancha, casi las mismas que tenemos todavía un pie en el andén de la estación y el otro en la escalerilla del vagón…y no acabamos de decidirnos.
El próximo sábado 22 de noviembre tenemos la segunda asamblea en Alcázar de San Juan. Para evitar que esta llama de esperanza se apague creo que es imprescindible:
-       Que sea una asamblea de ciudadanos/as normales y corrientes, que conoce y siente el sufrimiento de los/as más desfavorecidos/as.
-       Que las organizaciones políticas y colectivos sociales den un paso atrás. Que aguarden a que se debata y decida cómo se va a organizar esta iniciativa ciudadana, y cómo se va a establecer la inserción en la misma de dichas organizaciones políticas y colectivos.
-       Que las personas que participen en la asamblea entierren previamente todos los afanes de protagonismo y las energías negativas de la desconfianza y los malos rollos. 
De no ser así, creo que Ganemos Castilla-La Mancha habrá finalizado su recorrido, y no tendrá capacidad de cambiar el rumbo político de esta región. Las gentes que se han acercado con ganas de construir algo nuevo y fresco, a la vez que difícil, tendrán que comenzar de nuevo, resituarse en las trincheras de las diferentes opciones del activismo social y político, pero para seguir aguantando el bombardeo de los derechos humanos por parte del gran capital especulativo y de sus gobiernos cómplices. Lo peor de todo es que las trincheras también pueden convertirse en una tumba.
Es el tiempo de personas libres, que sueltan lastres, que construyen esperanzas. Es el tiempo de lo difícil y lo nuevo.
 
“¡A la calle!, que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo”.
Gabriel Celaya

 

 

 

jueves, 6 de noviembre de 2014

JUNTOS/AS NO TENEMOS MIEDO A NADA…Y MENOS A SOÑAR

Para el sábado 8 de noviembre en Alcázar de San Juan los/as compañeros/as de ATTAC Albacete hemos lanzado la convocatoria de la Asamblea Constitutiva de Ganemos Castilla-La Mancha.
Nuestro colectivo tiene casi 15 años de vida, y como muchas personas y asociaciones de esta tierra, piensa que estamos en un momento clave para que la ciudadanía tome las riendas de su destino.
En primer lugar porque el poder económico y financiero del gran capital, en coalición con los gobiernos títeres de turno, va a seguir apostando por la sinvergonzonería, la desigualdad y el miedo en el ciclo electoral de 2015. El saqueo de lo público que comenzaron hace unos años pretenden rematarlo y liquidarlo, a la vez que engordar sus cuentas opacas en paraísos fiscales, y con cuatro años más de gobierno en Castilla-La Mancha lo conseguirían.
En segundo lugar porque en estos tiempos oscuros, hemos aprendido, hemos vivido, que juntos/as somos capaces de organizarnos, pensar, decidir y hacer…sin miedo: en las asambleas ciudadanas, en la defensa del techo, el pan, el trabajo y la dignidad. Nada se hunde cuando soñamos y perseguimos otro mundo más justo…bueno sí, un mundo inhumano que quieren seguir imponiendo para que seamos siervos/as y no personas.
Toca ponerse a culminar la tarea de empoderamiento de la gente, de la que ha salido a la calle indignada y de la que se ha quedado en su casa desesperanzada. Porque soñando y persiguiendo la utopía nos situamos en el mismo nivel trascendente que multitud de pueblos de la Tierra, de antes y de ahora, que buscan la dignidad de vivir en paz, de poder sostener la mirada de la gente más humilde y de romper cadenas.
Que nadie se engañe, que a nadie amedrenten. El cambio sólo será posible si despertamos y nos atrevemos a soñar en el mundo real, si somos capaces de repensar nuestra vida y la de nuestra comunidad en un horizonte de mayor justicia social y de respeto a la Madre Tierra. Ese nuevo escenario no tiene nada que ver con el pasado reciente de burbujas de consumismo deshumanizado y desigualdad creciente, ni con el presente de desesperanza y precariedad. Ese futuro que está por transitar va a ser un espacio común amable con todos/as, construido por muchas manos, únicas, diferentes e imprescindibles a la vez.
Es el momento (siempre, pero más ahora) de la generosidad y la solidaridad, valores que no contempla el código ético de este capitalismo neoliberal ni de sus testaferros (PPSOE). No hay excusa alguna para no remediar la marginación y la angustia en que está sumida una buena parte de la gente. De ahí que lo nuevo que está tomando forma vaya a sepultar a lo viejo, no por viejo, sino por ruin, y va a merecer la ilusión de la gente porque a los últimos los va a poner los primeros.
Esta situación de emergencia social se afronta con la emergencia a la superficie de lo mejor de nosotros/as mismos/as, conformando opciones comunitarias y políticas donde estemos TODOS/AS los/as que compartimos el nuevo ideal de sociedad, JUNTOS/AS, dejando a un lado tentaciones de hacer rancho aparte porque en un momento dado sintamos que acompañan las fuerzas. Se trata de unir, de sumar, y para ello nadie debe ser excluido o autoexcluirse. Ese es el reto de la iniciativa Ganemos Castilla-La Mancha, hacer confluir las fuerzas pequeñas y humildes de la gente normal y corriente, para arrinconar y anular las fuerzas destructivas del gran capital especulador. La tarea es ingente en términos de tejer confianzas…la alternativa del “sálvese quien pueda” es descorazonadora y desalmada. Necesitamos explorar otras rutas para finalmente trazar nuevas sendas en el mapa de las esperanzas comunitarias: no se trata de correr mucho, sino de caminar juntos/as, sintiendo la tierra bajo nuestros pies, prendiendo a la gente en nuestro corazón.

martes, 28 de octubre de 2014

CONTRA LA CORRUPCIÓN, DEMOCRACIA DIRECTA

Hasta aquí tenía la percepción de que la corrupción era la excepción en el ámbito de las administraciones públicas. Creía que la mayor parte de los/as ministros/as, consejeros/as autonómicos, diputados/as provinciales, regionales y nacionales, concejales/as y alcaldes/as de Ayuntamientos eran buena gente, preocupados por el interés general, que no buscaban el lucro personal a través del desempeño de su tarea.
Confieso que en los últimos tiempos esta creencia se me ha venido abajo. Y aunque sigo creyendo en la honestidad de muchas personas que desde la base se dedican a gestionar los asuntos públicos, pienso que este sistema está absolutamente podrido, más cuanto más nos acercamos a la cúspide de la pirámide del poder político y económico. Por ello, ya no nos sirve. Urge, y mucho, acometer su radical sustitución para que lo público (sustento de la dignidad de los más desfavorecidos) no sólo se mantenga en pie, sino que se revitalice para hacer frente a este desmontaje controlado del que está siendo objeto en los últimos lustros.
No hay más remedio que apostar por la democracia directa, que abra las ventanas de par en par de esta cueva de trapicheos y sinvergonzonería en que se ha convertido el día a día de muchas instituciones públicas. No me valen ya ni comisiones (parlamentarias, municipales, de contratación, de investigación), ni consejos (de ministros, de gobierno, de administración), ni plenos,…A grandes males, grandes remedios. Donde hasta ahora no ha habido luz, toca sacar las decisiones a las plazas de nuestros pueblos y ciudades, donde participemos todos/as, presencial o virtualmente, sobre todos los asuntos públicos. Y claro que se puede. Y no inventamos nada nuevo.
Los concejos abiertos son los herederos de la mejor tradición municipalista de España, donde el máximo órgano de decisión era la asamblea de todos los/as vecinos/as del pueblo. Todavía hoy funciona así en los pequeños municipios y en las entidades de ámbito inferior al municipio. Y con los correspondientes ajustes, pero sin traicionar a su espíritu de democracia directa, sería una buena base para que todos los niveles del estado apostaran por una verdadera democracia, sin intermediarios ni mangantes de por medio. Insisto, tanto en nuestros pueblos y ciudades, COMO EN COMUNIDADES AUTÓNOMAS Y GOBIERNO CENTRAL, administraciones éstas últimas que se han regido fundamentalmente por organigramas jerárquicos de tipo piramidal, propicios, claro está, para hacer y deshacer a su antojo, sin consultar a la gente, con la excusa de que se trata de decisiones complejas técnicamente, con el verdadero objetivo de hurtar el debate a la gente y así tomar decisiones que favorecen los intereses privados de determinados grupos de presión.
Pronto llegarán procesos electorales que afectarán a municipios, comunidades autónomas y gobierno central. Sólo aquellas opciones políticas que apuesten por un nuevo sistema de democracia directa radical en todos los niveles del estado merecerán la confianza del voto de aquellos/as ciudadanos/as que desean recuperar la ilusión por la política, sabiendo, claro, que ello va absolutamente de la mano de su implicación directa y sin intermediarios en todos los asuntos públicos. Esa es la tarea de los nuevos gobiernos que necesita este país: bajar del pedestal en que sus predecesores estaban encaramados, destruirlo y mezclarse entre la gente a ras de tierra, para enterarse de lo que pasa, para conocer sus sueños….para caminar juntos/as, sin miedo a nada.

jueves, 16 de octubre de 2014

TRABAJO DECENTE VS NECESIDADES ILIMITADAS

Coincidiendo con la Jornada Mundial por un Trabajo Decente, la gente de CC.OO de Albacete me invitó a participar como miembro de ATTAC en la mesa redonda “Por un trabajo decente: empleo, salario, protección social y derechos”. Fue el pasado martes 14 de octubre en el Ateneo de Albacete.
Siempre que tengo que profundizar sobre algún tema, intento averiguar qué pensaron a lo largo de la historia otros pueblos y/o autores/as que lo abordaron antes que nosotros/as. Y es que, los problemas a los que se enfrentan nuestras sociedades hoy, en esencia, no difieren mucho de los que preocupaban a nuestros antepasados hace 10.000 años.
Resolver hoy nuestras necesidades básicas de alimentación, vivienda, seguridad y afecto, pasa fundamentalmente por la venta de nuestro tiempo y habilidades en el mercado de trabajo, conseguir un salario a cambio y acudir al mercado de bienes y servicios a satisfacer nuestras necesidades mediante el intercambio monetario. Hoy, cuando nos referimos al trabajo decente, lo hacemos a una serie de condiciones que debieran darse en el mercado de trabajo para que las personas que participan en el mismo puedan desarrollarse plenamente en los ámbitos personal y social. Pero claro, el concepto de desarrollo personal y social pleno va a estar íntimamente relacionado con el marco cultural y económico de la sociedad en que nos insertamos, oscilando entre sociedades inmersas en la globalización de la competitividad, el individualismo y el consumismo (donde todo es una mercancía), y sociedades basadas en la cooperación, lo comunitario y la sobriedad (donde el mercado es un instrumento, no el fin último).
Sin ningún ánimo exhaustivo creo interesante reflexionar sobre algunos aspectos que ayuden a acercarnos al concepto de trabajo decente con espíritu crítico y reflexivo.
Marshall Sahlins (1974), en su libro Economía de la edad de piedra (Akal, Madrid) señala que los medios técnicos de que disponían las “sociedades primitivas” les permitían cubrir con mucha más holgura sus fines de lo que ocurre en las sociedades “tecnológicas” de hoy día. En las sociedades primitivas las actividades relacionadas con la subsistencia ocupaban un tiempo muy inferior a la jornada laboral actual. Primera reflexión: el trabajo decente es aquél que avanza en la reducción de la jornada laboral, y en el aumento del tiempo de ocio para actividades creativas y relacionales.
José Manuel Naredo (1996), autor del libro Raíces económicas del deterioro ecológico y social (Siglo XXI, Madrid) apunta algunas ideas interesantes sobre lo que denomina “la mitología del trabajo”. Afirma que en las sociedades cazadoras y recolectoras no existía el afán de acumular riquezas o excedentes que se observa en la nuestra: los stocks de riquezas estaban en la naturaleza y no tenía sentido acumularlos, ni era posible acarrearlos. Los procesos de acumulación a toda costa de renta y riqueza en nuestras sociedades, aumentan la desigualdad y son incompatibles con la justicia social. Segunda reflexión: el trabajo decente debe de ir de la mano de un salario mínimo suficiente, de una renta básica universal y de topes estrictos a las retribuciones máximas así como a la acumulación de la riqueza.
Apunta Naredo (1996) que en la Grecia clásica no había acumulación de fortunas. Las familias más ricas no tenían más de 50 esclavos. Se daba una proporción de 3 esclavos por cada persona libre, que permitía a éstas escapar de las tareas serviles y del “reino de la necesidad”. En nuestra sociedad utilizamos una energía equivalente a más de 40 esclavos mecánicos per cápita, y cada vez estamos más empeñados en realizar un trabajo dependiente. Tercera reflexión: el trabajo decente no puede ser un trabajo esclavo, entendiendo como tal aquél que cada vez absorbe más a las personas, forzadas por necesidades y no les deja decidir libremente sobre su propia vida.
El propio origen de la palabra trabajo es indecente, ya que procede de tripalium, un artilugio de tortura al que se ataba a los esclavos o malhechores. Para Naredo (1996) es una constante en la Antigüedad el desprecio por las tareas dependientes y forzadas por la necesidad a cambio de una contrapartida utilitaria. El cristianismo también desprecia el trabajo, lo asocia a un castigo fruto de una maldición bíblica, a la vez que propugnaba el desapego a los bienes terrenales. Estos planteamientos se plasmaron en el progresivo aumento de las fiestas religiosas, que llegaron a ocupar la mitad de los días del año (180 días). Cuarta reflexión: el trabajo dependiente es indecente por naturaleza, al obligarnos a someternos y a vendernos a los demás. A lo más que podemos aspirar es a suavizar las condiciones que rigen dicho sometimiento.
Naredo (1996) también hace énfasis en el cambio de actitud frente a las innovaciones ahorradoras de trabajo, entre la antigüedad y la modernidad. Antípater de Tesalónica cantaba a los nuevos molinos de agua que sustituían los duros trabajos de molienda realizados al alba por las mujeres, manualmente con mazos y cuencos: “Dejad de moler, ¡oh! Vosotras, mujeres que os esforzáis en el molino; dormid hasta más tarde, aunque los cantos de los gallos anuncien el alba. Pues Deméter [Diosa griega de la agricultura] ordenó a las ninfas que hagan la tarea de vuestras manos y ellas, saltando a lo alto de la rueda, hacen girar su eje, que con sus rayos mueve las pesadas y cóncavas muelas de Nisiria. Gustemos nuevamente de la vida primitiva aprendiendo a regalarnos con los productos de Deméter sin esfuerzo”.
En cambio, Adam Smith (1776), en La riqueza de las naciones, frente a las ventajas de la división del trabajo no se congratula del ahorro de trabajo asociado a la división de tareas para obtener una misma cantidad de producto final, sino del “considerable aumento que un mismo número de manos puede producir en la cantidad de obra”. Es decir, los inventos ahorradores de trabajo, en vez de aprovecharse para liberar a las personas de tareas penosas sin merma de sus posibilidades de vida, reduciendo el calendario laboral a la mínima expresión posible, han servido para aumentar el producto y para acentuar la dicotomía entre trabajo y paro. Quinta reflexión: es la tarea más urgente ahora, mientras se reducen las elevadísimas tasas de paro que tienen muchos países, avanzar en el reparto del trabajo, para que trabajen todos/as, con una jornada menor y que incluso en los casos donde exista una retribución suficientemente holgada, pueda suponer una reducción salarial. Así se paliarían las gravísimas consecuencias sociales de un mercado de trabajo segmentado que excluye de la condición de ciudadanos/as a una parte importante de la población: una minoría con un trabajo de calidad, una amplia mayoría con trabajos precarios, temporales o sencillamente en situación de desempleo permanente.
Karl Marx (1844) en sus “Manuscritos económico-filosóficos” (1962, FCE, México), escritos 23 años antes que El Capital,  señala que “El trabajador, al no participar en la dirección del trabajo, al ser empleado como parte de las máquinas a las que sirve, se transforma en una cosa por su dependencia del capital (…) toda la servidumbre humana está implícita en la relación del trabajador con la producción y todos los tipos de servidumbre sólo son modificaciones o consecuencias de esta relación”. En el capitalismo “todo hombre especula con la creación de una nueva necesidad en otro para obligarlo a hacer un nuevo sacrificio, para colocarlo en una nueva dependencia y atraerlo a un nuevo tipo de placer y, por tanto, a la ruina económica”. Sexta reflexión: los seres humanos somos presa de las relaciones de producción y consumo, que imponen sus servidumbres y marcan los estrechos márgenes (indecentes, claro) donde se pueden mover las relaciones entre el capital y el trabajo. Si no rompemos la dependencia que hoy día tenemos respecto a multitud de bienes y servicios absolutamente superfluos, seguiremos estando en una situación de vulnerabilidad, y por tanto, seremos presa fácil del trabajo indecente….el trabajo propio de esta era de la globalización, donde los seres humanos no son el fin, sino un simple medio al servicio del gran capital.
Los/as trabajadores/as del mundo están en guerra abierta unos/as contra otros/as, por ofrecer sus servicios a cualquier salario. Porque en la globalización siempre es posible encontrar a alguien más pobre que acepte las condiciones de explotación y sumisión que se le ofrecen.

miércoles, 8 de octubre de 2014

SI TODO LO MEDIMOS EN DINERO, NO NOS ENTERAMOS DE LA VIDA LA MITAD

 
No acostumbro en este blog a pegar ni a compartir reflexiones de otras personas. Hoy hago una excepción para poner un breve artículo del economista mexicano Alejandro Nadal, con quien tuve ocasión de tratar mientras coordiné el Consejo Científico de ATTAC España. Un excelente maestro en el ámbito de la macroeconomía, una persona con sensibilidad social y ecológica, crítico de esa economía convencional al servicio del gran capital que todavía hoy se sigue explicando como un dogma en la mayor parte de las facultades de economía y empresa.

En este artículo introduce una serie de puntos de vista esclarecedores al hilo de los crímenes de los estudiantes rurales de Ayotzinapa (México), de la izquierda oficial y de un neoliberalismo económico salvaje y asesino al que hemos dejado que lo impregne todo.
 
Neoliberalismo en Ayotzinapa
Alejandro Nadal La Jornada  8-10-2014 (México)

Los crímenes en contra de los estudiantes normalistas rurales de Ayotzinapa tienen la huella de un modelo económico en el que los jóvenes campesinos y su cultura son redundantes. Es decir, no hay lugar para los jóvenes campesinos que aspiran a una vida digna y en libertad. La juventud de Ayotzinapa se ha rebelado y los poderes establecidos han respondido.

En realidad, más que un modelo económico (con su mezcla absurda de políticas económicas) deberíamos hablar de un estilo de vida en el que la solidaridad es despreciable. La razón es que bajo el neoliberalismo se lleva al extremo la idea de que la sociedad es un apéndice del mercado y que las relaciones mercantiles son la esencia de la naturaleza humana. En Ayotzinapa los jóvenes han manifestado su rechazo a esta forma de deshumanización.

En el neoliberalismo encontramos lo que Polanyi describe con claridad: en lugar de que las relaciones de mercado estén incrustadas en un marco de relaciones sociales, son las relaciones sociales las que se encuentran subordinadas al predominio de las leyes del mercado. Llevado todo esto al extremo en el neoliberalismo el resultado es que todas las instituciones sociales terminan siendo moldeadas para adaptarse a las necesidades del mercado.

Aquí encontramos el problema central de nuestro tiempo. En su lucha, los jóvenes de Ayotzinapa pugnan por mantener una escuela normal rural abierta. Es un instrumento de vida y de cambio social. Los gobiernos estatales y federal, así como la cúpula empresarial, han buscado por todos los medios satanizar y castigar a los estudiantes. Les parece que ceder en lo que piden los jóvenes es demasiado peligroso para su idea de orden social.

Y es que en el neoliberalismo, el sentido de la moral y la justicia debe reducirse al lenguaje de los contratos de negocios. El signo monetario de las ganancias y las pérdidas es lo único que importa. El mercado y el capital subordinan todo a su lógica, y los poderes no pueden permitir que alguien se atreva a desafiar ese orden de cosas. En Ayotzinapa los estudiantes han rechazado un mundo en el que la dignidad se mide en dinero.

El neoliberalismo lleva hasta sus últimas consecuencias la noción de que la sociedad no existe, como tampoco existen las clases sociales. Lo único que existe es un conglomerado de individuos, todos ellos egoístas: en ese conglomerado la ética de la solidaridad se reemplaza por la práctica del egoísmo en la perpetua búsqueda del triunfo personal. Y como el único y máximo espacio de interacción entre individuos es el mercado, las relaciones humanas son tasadas en términos monetarios y todo lo que no sea dinero es secundario o irrelevante.

Se dice sin cesar por los que alaban este sistema que en él los individuos son libres porque el Estado no restringe su conducta. Pero la realidad es que la libertad termina por irse a la basura en un mundo en el que lo único que importa es lo que puede ser cuantificado en dinero. O como dice Jack Nicholson en un diálogo del clásico film Easy Rider, es difícil ser libre cuando uno es comprado y vendido en el mercado.

Los estudiantes de Ayotzinapa saben todo esto y buscan una opción distinta. Desde el poder primero les impusieron la violencia del mercado y criminalizaron su protesta, pero los estudiantes no se rindieron. Hoy el poder les envía un proyecto de intimidación por el terror. Los estudiantes tampoco se han doblegado. La tensión y el peligro aumentan porque el poder no perdona esta afrenta.

La izquierda institucional lleva años entregada a los pactos y a la lógica de conseguir votos como fin supremo. Por eso es hoy copartícipe de este crimen. Es más, si algo ha demostrado la izquierda oficial es que no tiene ningún interés de promover la construcción de caminos de resistencia. Tampoco está interesada en abrir nuevos espacios de cultura, educación y reflexión que permitan a las clases oprimidas defenderse de la embestida neoliberal.

El desempeño de la izquierda oficial ha dejado una secuela de confusión sobre metas e instrumentos de lucha. Al final del día encontramos una buena dosis de desmoralización y de desmovilización. Es de esperarse que las luchas puntuales, como la de Ayotzinapa, se convertirán en puntos focales de reorganización política. Pero por el momento, no es exagerado afirmar que la izquierda institucional dejó al pueblo de México en un estado de indefensión frente a la agresión desde los poderes establecidos. Es trágico, pero lo que hoy existe como izquierda oficial en sus diversos tonos ha mostrado una vez más su incapacidad para recuperar la iniciativa y para abrir alternativas eficaces para la batalla política.

La lucha de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa tiene una historia y es la de todos nosotros. Es la lucha por convertirnos en actores de nuestra propia historia. Y eso es lo que el terror y la militarización de la represión en su contra busca quitarles. Por eso el asalto del que han sido víctimas es una agresión contra todos nosotros. Eso es lo que configura un crimen de Estado. ¡Vivos se los llevaron y vivos los queremos!

http://www.jornada.unam.mx/2014/10/08/opinion/030a1eco

lunes, 22 de septiembre de 2014

GANEMOS CASTILLA-LA MANCHA, ¡YA!

En septiembre de 2010 Oliver Stone estrenaba la película “Wall Street: el dinero nunca duerme”. Justo dos años después de la quiebra del banco de inversión (mejor decir “especulación”) Lehman Brothers, el subtítulo no podía ser más revelador. El gran capital y toda la oligarquía financiera, multinacional y política en que se organiza, no paran ni de día ni de noche para evitar que la crisis les lleve a perder los privilegios de que disfrutan a costa del sufrimiento de la gran mayoría de la población.
 
Haciendo nuestro aquel lema de las acampadas del 15M “Yo no soy antisistema, el sistema es anti-yo”, toca movilizarnos en todos los ámbitos ciudadanos (políticos, asociativos, electorales) para evitar que el deterioro y la precariedad que todo lo inundan vayan a más y se consoliden como un estado “normal” de nuestra sociedad.
 
Sin perjuicio de que existen multitud de iniciativas comunitarias basadas en la autogestión, que ya están en marcha para construir ámbitos de convivencia más justos y amables a pequeña y mediana escala (y que merecen todo nuestro apoyo y reconocimiento), no podemos olvidar que hay un marco institucional donde se toman decisiones absolutamente relevantes para la vida de la gente. Son nuestros ayuntamientos, comunidades autónomas y gobierno central, que en la actualidad están mayoritariamente en manos de gobiernos del PP, desarrollando políticas de neoliberalismo extremo contra las personas, con el apoyo explícito de la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
 
Afortunadamente, la ciudadanía ya ha comenzado a organizarse de cara a ese horizonte electoral que, salvo adelantos, supondrá que entre mayo y noviembre de 2015 se desarrollen elecciones municipales, autonómicas y generales. La fórmula Ganemos (Guanyem en Cataluña) está corriendo como la pólvora por las principales ciudades y municipios de España, impulsando procesos de construcción colectiva abiertos a toda la gente, absoluta y profundamente democráticos. En las cinco capitales de provincia de Castilla-La Mancha, así como en otros municipios más o menos grandes, ya se han constituido las correspondientes Asambleas Ganemos, y están trabajando en la definición de sus respectivos manifiestos políticos y organizativos de cara a las elecciones municipales.
 
En dichas Asambleas las personas participan a título individual, lo que no es incompatible con que algunas de ellas sean además militantes más o menos activos del tejido social y político. Y es que, en esta fórmula de confluencia político-electoral, habrá que establecer las condiciones de adhesión y participación de determinados partidos políticos, colectivos sociales y sindicatos, sensibles y comprometidos con la justicia social, PARA QUE NO FALTE NINGUNO. De lo individual a lo colectivo, pero sin abandonar nunca la base, participando todos/as en todo, al estilo de los concejos abiertos de nuestra mejor tradición municipalista asamblearia.
 
No podemos delegar (votar) y despreocuparnos de los asuntos públicos en la creencia de que nuestros representantes se encargarán de ellos. Eso forma parte de un pasado que nos ha llevado a un presente de democracia secuestrada y corrupta. El futuro se llama democracia participativa DIRECTA en todos los ámbitos ciudadanos, y o luchamos por ella, o nadie nos la servirá en bandeja. Lo que está por venir no tiene nada que ver con acuerdos a escondidas, ni con cuotas de poder, ni con dictados desde “arriba”. Es algo nuevo, que ha de llenar de ilusión y de democracia de alta intensidad todos los ámbitos de la vida comunitaria, y ahí, el papel de partidos y colectivos sociales es de generosidad: acompañar y facilitar, sin acaparar ni dirigir.
 
Entre todos/as, convoquemos YA la Asamblea Constitutiva de GANEMOS CASTILLA-LA MANCHA. En el actual marco institucional, las competencias que mayor trascendencia tienen sobre la vida de las personas (sanidad, educación, servicios sociales, empleo, agricultura, ganadería, industria, cultura, etc.) residen en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Por ello, alcanzar una mayoría de ciudadanos/as y de fuerzas político-sociales movilizados/as por una Castilla-La Mancha más justa es tarea tan urgente como la que toca afrontar en los Ayuntamientos de nuestros pueblos y ciudades. Para que las administraciones local y autonómica se relacionen en un plano de igualdad y de colaboración, no de sumisión y dependencia, como ha ocurrido en los últimos 31 años, donde la Junta ha mandado y pagado (tarde, siempre), y los Ayuntamientos han obedecido y prestado servicios impropios como buenamente han podido. Al más puro estilo caciquil-clientelista, de servidumbre, que no de mujeres y hombres libres.
 
Infames reformas electorales de última hora pretenden dificultar la emancipación de la ciudadanía, y justo van a conseguir el objetivo contrario: unir a personas y colectivos por la dignidad, contra la estafa, la barbarie y la mentira. Utilizando el símil campesino propio de nuestra tierra, una vez cosechada la mies, la uva, la almendra,…el otoño es tiempo de preparar la tierra que va a acoger nuevas semillas, de podar las plantas en las que van a brotar nuevos sarmientos y ramas. Luego, el agua y el sol harán brotar el milagro de la vida, primavera tras primavera. Traducido a la confluencia político-ciudadana municipal y autonómica, un pequeño detalle a matizar: NO CABE ESPERAR MILAGROS. Cuando nos juntemos tenemos que ir vacunados/as contra flagelaciones públicas, malos rollos, afanes de protagonismo y tontunas varias. En nuestro horizonte de utopía realizable un solo objetivo: “Las personas primero...SIEMPRE”.

martes, 9 de septiembre de 2014

EL PRECIO DE LA UVA Y LA DIGNIDAD DE LAS GENTES DEL CAMPO

La semana pasada en Villarrobledo, convocados por las organizaciones agrarias, los/as viticultores/as llevaron a cabo una jornada de protesta ante los bajos precios fijados para la uva por parte de las principales bodegas de la región. Unos precios que no permiten cubrir los costes de producción, y que de continuar en esos niveles condenarían a desaparecer a buena parte de los/as viticultores/as de Castilla-La Mancha.
 
Las políticas de apoyo a la agricultura han existido desde siempre. Los gobiernos de diferentes ideologías las han aplicado para garantizar alimentos suficientes a un precio razonable. Por el carácter básico de la necesidad de alimentación, el conjunto de la ciudadanía ha visto con buenos ojos que dinero público se destine a proporcionar unas rentas mínimas a las gentes del campo y de paso fijar a la población en el medio rural. Los mercados de alimentos han estado tradicionalmente muy regulados por los gobiernos, y a través del mecanismo de los precios garantizados han incentivado cultivos deficitarios y penalizado cultivos excedentarios.
 
Pero todo este entramado de políticas públicas que reconocían el trabajo de las mujeres y hombres del campo, se viene abajo cuando comienza la expansión de la era de la globalización en las últimas dos décadas. Desde incluso antes hasta ahora, el gran capital (las grandes compañías del agronegocio) se han encargado de propagar a los cuatro vientos el mito de que la “liberalización comercial” es la política más conveniente para la buena marcha de todos los sectores productivos, incluida la agricultura y la ganadería. Así, a la par que se reducía la presencia del Estado en la regulación de los mercados agrarios, aumentaba el poder de las grandes corporaciones, que han manejado los alimentos del mundo como una mercancía cualquiera, especulando sin ningún criterio de justicia social, buscando sólo maximizar sus beneficios monetarios a corto plazo, aunque ello sea a costa del hambre de la gente en países empobrecidos o de la expulsión de población de nuestro mundo rural. La agricultura/ganadería tradicional familiar, respetuosa con el medio ambiente y garante de la soberanía alimentaria de los pueblos, ha sido marginada y desprestigiada.
 
Aunque el mantenimiento de la población rural es un argumento recurrente al justificar la necesidad de una política agraria pública, la  realidad camina en el sentido contrario. El envejecimiento y el abandono de nuestros pequeños pueblos y aldeas sigue una tendencia regresiva continuada. Es decir, la política agraria y el resto de políticas de desarrollo rural se están manifestando como un rotundo fracaso. Bueno, salvo para el Consejero de Educación de Castilla-La Mancha quien considera un paso en la buena dirección el cierre de colegios públicos en pequeños pueblos de esta región.
 
En los últimos dos lustros, aunque en Castilla-La Mancha se ha reducido la superficie de viñedo desde las 565.000 hasta las 465.000 hectáreas (gracias a subvenciones al arranque de viñas), a la par se ha producido un aumento considerable de la superficie de viña en regadío y de la cultivada en espaldera (gracias igualmente a subvenciones a la plantación de viñas), por lo que en conjunto, se ha producido un aumento de su capacidad productiva. Como el consumo interno de vino sigue una tendencia decreciente imparable, la evolución de los mercados exteriores junto con las variaciones en la cosecha de uva van a ser fundamentales para explicar el precio del vino y de la uva, de manera que ante situaciones de caída en la demanda por parte de los principales países importadores o de grandes cosechas, los precios van a tender a la baja. Los grandes grupos exportadores privados del vino español, debido a su gran dimensión y poder de mercado, para mantener sus beneficios intactos trasladan a los pequeños productores el coste del ajuste vía menor remuneración de la uva. Eso es la globalización: los grandes siempre cargan los costes a los pequeños.
 
Ante situaciones de exceso de oferta de vino como la que tenemos en la actualidad, la lógica del libre mercado y la globalización señala que el ajuste se debe producir vía caída de los precios, asestando así un golpe mortal a los productores de uva, especialmente a los más pequeños, que tienen más complicado mecanizar sus explotaciones para hacerlas más competitivas. Y es que, la política agraria no está pensada para pequeños y medianos productores. Las subvenciones de ésta son acaparadas por las grandes fincas, propiedad de rentistas que en la mayor parte de los casos tiene fijada su residencia en las grandes ciudades. Por su parte, los hombre y mujeres que pisan gasones y se suben al tractor día tras día, tienen una lucha permanente con papeles y más papeles, para más gloria de multinacionales de fertilizantes, pesticidas y semillas.
 
La agricultura es una actividad mucho más compleja que plantar aquello que se subvenciona. Al desarrollarse en el seno de la Naturaleza y de nuestros pequeños pueblos, hay que tener muy presente los impactos ambientales y sociales de ésta. Los gobiernos deben evitar políticas de bandazos e incongruencias financiadas con dinero público. Las políticas de aumento de la producción de uva seguidas en Castilla-La Mancha en las últimas décadas, sin discriminar entre agricultores/as profesionales y empresas con fines especulativos, están dando ahora unos frutos de sobreproducción y expulsión de pequeños y medianos viticultores/as. La mejor solución según la Presidenta de Castilla-La Mancha en el pasado Debate sobre el Estado de la Región es la destilación obligatoria sin ayudas y el consiguiente hundimiento de unos precios de la uva ya exiguos. Este es el mercado que quiere el PP, dominado por sus amiguetes de grandes corporaciones, pisoteados los/as pequeños/as agricultores/as. Una vez más, caciques y jornaleros/as.

jueves, 4 de septiembre de 2014

POR UNA CASTILLA-LA MANCHA LIBRE DE CORTIJOS Y CACIQUES

 
Acaba de celebrarse en Castilla-La Mancha el Debate sobre el Estado de la Región. Ha sido el momento aprovechado por el PP para continuar su campaña de propaganda: sus mentiras y la realidad que vive la ciudadanía no se parecen lo más mínimo.
 
Al PP nacional y regional le sobran los representantes del pueblo…y hasta el propio pueblo. Como típicos caciques se encargan de tejer redes clientelares por doquier, fomentando negocios privados cada vez que toman medidas referentes a lo público.
 
Y es que, allí donde falla la presencia de ciudadanos/as (he dicho ciudadanos/as, no sus representantes) en órganos de control de las políticas públicas, se produce un caldo de cultivo propicio para la corrupción. No quieren menos diputados/as en las Cortes de Castilla-La Mancha con la justificación de un raquítico ahorro presupuestario, LO QUE REALMENTE PERSIGUEN es alejar el control y la participación ciudadana de las tareas legislativas y ejecutivas. Para ello no dudan en pisotear el artículo 23 de la Constitución y el artículo 4 del Estatuto de Autonomía, que promueven la participación ciudadana en los asuntos públicos, si bien para otras cosas se les llena la boca del cumplimiento de la Ley.
 
La Presidenta de Castilla-La Mancha ha anunciado la rebaja de un punto para todos los contribuyentes en el primer tramo autonómico del IRPF (hasta 17.700 euros/año) en 2014. Dicha medida, al igual que la reciente reforma fiscal del Gobierno de España, afecta a todos/as los ciudadanos/as por igual, sin distinguir su capacidad económica, a la vez que no beneficiará a las familias que no presentan declaración del IRPF por tener unas rentas del trabajo inferiores al mínimo exento de 22.000 euros/año, es decir, no beneficiará a las familias de menor renta (pensionistas, desempleados/as, trabajadores/as precarios/as). Por ello, es regresiva, es decir, contribuye a aumentar desigualdades, a la vez que en un momento donde existen tantas necesidades básicas sin cubrir, los 50 millones de euros de pérdida de recaudación que ello va a suponer va a imposibilitar reforzar políticas públicas de solidaridad (educación, sanidad, servicios sociales) que en estos últimos años han quedado maltrechas y desarboladas. Una política impositiva progresiva, que luche contra el fraude de las grandes fortunas y los paraísos fiscales, y que garantice unos ingresos públicos suficientes, es un elemento fundamental de redistribución y de cohesión social a través de políticas públicas, sin embargo, el PP se empeña en vendernos lo contrario (ver mi entrada sobre la reciente reforma fiscal), contribuyendo a aumentar la brecha de la desigualdad.
 
Igualmente, la Presidenta ha anunciado que antes de final de año se aprobará la Ley de Transparencia de Castilla-La Mancha. Todo un alarde de hipocresía de la Secretaria General y Presidenta de un partido político que está siendo investigado por la justicia debido a claros indicios de financiación ilegal y de cobro de sobresueldos de sus dirigentes. La verdadera transparencia va más allá de mostrar la renta y el patrimonio “visible” de los representantes públicos. Afecta también a la manera en que se forjan las decisiones públicas, que necesariamente han de contar siempre con la voz y el consentimiento de los/as ciudadanos/as más afectados/as. Y de esto último, cero patatero para el actual gobierno de Castilla-La Mancha. Dos ejemplos. Por un lado, el Cementerio Nuclear que pretende instalarse en Villar de Cañas supone el desprecio a toda una comarca y el urdimiento de una red de negocios privados que ligan a los grandes capitales especulativos con personas vinculadas al PP de Castilla-La Mancha (ver más aquí). Por otro lado, el apoyo expreso del PP de Castilla-La Mancha al desarrollo de la técnica de la fractura hidráulica (fracking) en comarcas como el Campo de Montiel, La Mancha, Campos de Hellín, es otro ejemplo más de cómo el PP trata a esta tierra: no como el hogar donde se vive, que se cuida y se respeta, sino como su cortijo, donde el/la señorito/a hace negocios comprando y vendiendo a costa de la salud de las personas y envenenando las entrañas de la Madre-Tierra.
 
«En mi hambre mando yo» cuenta Salvador de Madariaga que le contestó un jornalero a un cacique andaluz en tiempos de la II República, desdeñando el dinero que le ofrecía por su voto. Trasladada a nuestro tiempo podría traducirse como “Nuestra tierra no se vende, nuestra gente la defiende”. Es muy sencillo, no cabe esperar que nadie venga a gobernarnos con criterios de interés general. Tenemos que implicarnos todos/as sin excusas en los asuntos comunitarios que nos afectan, cambiando el entramado institucional que lo rige, para que el poder “resida realmente y permanezca en el pueblo”, para que nadie decida por nosotros/as sin pensar en nosotros/as. Claro que esto es un desafío, una quimera, un programa político utópico, pero la encrucijada en que se encuentra esta región y este país no se resuelve sólo con votar cada cuatro años, hay que pensar y hacer día tras día, y no temer a tomar caminos desconocidos, pues el futuro, necesariamente, debe romper con pasados de servidumbre.

lunes, 1 de septiembre de 2014

FRENTE AL PUCHERAZO, SARTENAZO DE CONFLUENCIA CIUDADANA


 
Los cambios políticos en nuestras sociedades pueden producirse por la vía electoral o a través de revoluciones. Generalmente los primeros tienen lugar dentro de un clima de relativa estabilidad social, mientras que los segundos suelen implicar rupturas en el orden establecido. Pero también existe la posibilidad de mestizaje entre ambas opciones: una revolución por la vía electoral.
 
Hoy existe una perentoria necesidad de abordar profundos cambios (rupturas) en lo que toca a los modos de organización política, social, económica y ecológica de nuestro mundo. En lo político para que el poder real retorne a la ciudadanía, en lo social para frenar e invertir desigualdades aberrantes, en lo económico para situar a las personas y a sus necesidades básicas en el centro y en lo ecológico para respetar la Madre-Tierra como origen y sustento de todas las formas de vida. Pero claro, quienes actualmente controlan y se benefician del actual “desorden”, no tienen ningún interés en que el poder retorne al pueblo y están haciendo todo lo posible para evitarlo.
 
Por eso, no debemos asustarnos cuando hablemos de revolución o rupturas siempre que sean pensadas y definidas desde abajo. Por el contrario, y a los hechos nos remitimos, términos como reformas o reestructuraciones en boca de gobiernos lacayos del gran capital, si que han producido y siguen produciendo mucho dolor y desazón a buena parte de la población. Más políticas de este cariz productivista, individualista y desintegrador sí sería para asustarnos
 
Hace unos meses el Gobierno de Castilla-La Mancha, que sólo ha sido votado por el 36% del censo electoral, reformó unilateralmente la ley electoral de esta región para facilitar su reelección en los próximos comicios. Hoy mismo, el Presidente del Gobierno de España ha anunciado una reforma de la ley electoral en lo que se refiere a la manera de elegir alcaldes/as, claro, para que los candidatos/as del PP lo tengan más fácil. Esta gente que gobierna para los poderes económicos y financieros no tiene otra intención con estos cambios más que seguir robando a manos llenas, sumiendo a la gente en la peor de las pobrezas: la ausencia de esperanza.
 
ES EL MOMENTO. A estas agresiones, en defensa propia, la ciudadanía decente debe responder con un sartenazo de confluencia política, que desbarate estas intenciones despreciables y siembre de esperanzas las ansias de la gente en su lucha por un mundo más justo.
 
En los procesos electorales que van a comenzar a gestarse en municipios, comunidades autónomas y Estado central, deben definirse (ya está ocurriendo) fórmulas de confluencia política absolutamente horizontales, que partan de la gente y queden ancladas siempre a sus necesidades, inquietudes e intereses. Y luego, si determinados partidos políticos o movimientos sociales afines desean participar de estos procesos de confluencia, sin pretensiones de protagonismo ni manipulación, mejor que mejor.
 
Confluencia política ciudadana para alcanzar el poder mediante el proceso electoral, con un programa elaborado desde las bases, absolutamente claro y transparente, que establezca desde el principio el alcance del nuevo orden político al que vamos a dedicar nuestras energías. Nuevo orden que por fuerza ha de ser revolucionario, al nivel de la gravedad de los problemas a los que nos enfrentamos como pueblo y como humanidad.
 
Al PP y a sus representados (las multinacionales, los bancos, las grandes fortunas, el hampa de la corrupción, el FMI, el BCE y la Comisión Europea) les va a salir el tiro por la culata. Las ansias de atarlo todo incluso a través del juego sucio electoral va a suponer una reacción del pueblo llano sin precedentes, de esas que tienen lugar en los momentos más difíciles, como el que ahora justamente nos toca vivir. Julio Anguita lo dijo bien claro el otro día: “Ahora. Sin pretextos”.
 
No trabajar hoy en pos del éxito del proceso de confluencia ciudadana es un lujo que no podemos permitirnos. La vida de las gentes normales y corrientes no se basa en lujos, sino en formas austeras y colectivas de resolver sus necesidades, para que nadie quede desprotegido. Lo público, lo comunitario y la redistribución son garantía de dignidad. Lo privado, el individualismo y la acumulación siembran el mundo de injusticias. El reto político que afrontamos no será nada fácil, incluso pudiera fracasar. Pero lo peor, con diferencia, sería no afrontarlo. Creo que mucha gente de bien, o votará CONFLUENCIA, o no votará.

miércoles, 27 de agosto de 2014

LOS PARTIDOS AUTODENOMINADOS SOCIALISTAS EN EUROPA: TRABAJANDO PARA EL GRAN CAPITAL


 
En la primavera del año pasado, por recomendación de Paco Álvarez, leí el libro ¡Votad la desglobalización! Los ciudadanos somos más poderosos que la globalización (2011, Paidós, Barcelona). El autor del mismo es Arnaud Montebourg, que entre abril y agosto de 2014 ha sido efímero Ministro de Economía del Gobierno Socialista de Manuel Valls en Francia.
 
No conocía la trayectoria anterior de este autor, no obstante, cuando me enteré de su nombramiento como Ministro de Economía de Montebourg me pregunté hasta qué punto sería capaz de impulsar desde el gobierno determinadas políticas coherentes con las reflexiones que apuntaba en su libro, algunas de las cuales cito textualmente a continuación:
 
“Las reducciones de impuestos y de cotizaciones sociales sobre los beneficios de las empresas, sobre las grandes fortunas, sobre los patrimonios y las rentas más altas no han hecho sino extenderse, en una carrera suicida por resultar más atractivos (…) En la competencia fiscal desenfrenada que han iniciado los Estados del norte, no hay otra salida más que la destrucción de la protección social y los servicios públicos, y el incremento estructural de la deuda pública, con las medidas finales injustas que eso conlleva” (páginas 32-33).
 
De ahí que la desglobalización suponga una “reacción a favor del trabajo y contra los dividendos, la reacción a favor de la industria y contra las finanzas, la reacción a favor de la creación contra las rentas” (Montebourg, 2011, 45). Y aquí es donde entraría en juego un “proteccionismo de nuevo cuño”, que “no es un proteccionismo del miedo al otro, sino un proteccionismo cooperativo, de la inteligencia y la generosidad, de la mutación colectiva, un proteccionismo altruista y solidario porque organiza concretamente el renacimiento o la construcción en cada uno de los países de un mercado interior, de una agricultura y una industria fuertes (…) Es un proteccionismo de desarrollo y emancipación, que garantiza a los pueblos el derecho a decidir” (páginas 46-47).
 
“La desglobalización es, por último, un programa para una Europa sin proyectos, zarandeada por las crisis económicas y financieras, que no ve que el libre comercio y la competencia generalizada son para ella el principio del fin. La autodestrucción de Europa está programada, la desglobalización es su salvación. Pero ésta deberá pasar por Alemania” (página 62).
 
Por eso, quienes albergaban alguna ligera esperanza en que los partidos socialistas europeos podrían dar un giro para refundar Europa bajo principios sociales y ecológicos, ya pueden ir convenciéndose de lo contrario. La dimisión de Montebourg como ministro el pasado 25 de agosto puede resumirse con un epitafio lapidario escrito por él mismo en el citado libro: “El ciclo loco de la globalización es un pozo sin fondo, una máquina desajustada cuyo carburante es encontrar continuamente gente más pobre y más dócil (página 19)”.
 
Tan pronto se ha conformado el nuevo gobierno socialista francés se ha anunciado una inminente reforma laboral para mejorar la competitividad de la economía francesa (con trabajadores/as más pobres y más dóciles, claro), así como un firme compromiso con el cumplimiento del objetivo de déficit público (austericidio fiscal).
 
Estas son las políticas socialistas recientes en Francia, calco de las políticas socialistas españolas en el período 2010-2011. Partidos socialistas incapaces de abrir vías de esperanza para la gran mayoría de la población de sus respectivos países, que en vez de plantar cara al desguace controlado de derechos sociales y políticas públicas, asumen un rol de colaboradores necesarios con las rancias directrices neoliberales que campan a su antojo en la Unión Europea.
 
Partidos autodenominados socialistas que traicionan a cada momento los principios socialistas de libertad, justicia social y solidaridad. Partidos que se presentan como alternativa electoral, pero que no son alternativa política.

miércoles, 9 de julio de 2014

YO, TODOS, NADIE. SOBRE LA REFORMA FISCAL Y EL CONCEPTO DE CASTA

 
YO quiero pagar más impuestos al Estado, para que los diferentes niveles de las administraciones públicas desarrollen políticas públicas de acuerdo con los principios de participación ciudadana y transparencia, con el objetivo último de construir comunidades de iguales mediante la redistribución de la renta y la riqueza.
Quiero también que TODOS los que tengan capacidad económica suficiente, paguen más impuestos. Porque los esfuerzos compartidos, solidarios y universales son los que cohesionan nuestros barrios, pueblos y territorios.
Pero lo que REALMENTE QUIERO con mi aportación al sistema impositivo es que NADIE quede excluido de una vida digna y que se reduzcan las vergonzosas desigualdades sociales que no paran de crecer, destruyendo personas y esperanzas por doquier.
La reciente reforma fiscal del PP, y las que en años anteriores aplicaron gobiernos de este mismo partido y también del PSOE, han ido en la línea de agudizar la desigualdad, reduciendo los impuestos directos progresivos (aquellos que aumentan con la capacidad económica del contribuyente: IRPF, Impuesto de Sociedades, Impuesto de Patrimonio) y aumentando los impuestos indirectos regresivos (aquellos que se pagan por igual sin distinguir la capacidad económica del contribuyente: IVA, Impuestos Especiales del Tabaco, Alcohol e Hidrocarburos). Ambos partidos han trabajado a conciencia al servicio de las rentas altas, las grandes fortunas y las grandes empresas, contribuyendo así a crear una casta social y política privilegiada. Mientras “España iba bien”, el crecimiento económico y sus efectos automáticos sobre la recaudación, apenas si se notaban los efectos negativos de estas medidas sobre la caída de la recaudación. Pero cuando la recesión y el estancamiento llevan varios años instalados entre nosotros/as, de aquellos polvos, estos lodos. Falta recaudación impositiva así como voluntad de atajar el fraude fiscal, la corrupción e impulsar la progresividad fiscal, y los gobiernos que han gestionado la crisis no han querido ver otra solución más que los recortes sociales, los mismos que nos han llevado a la fractura social.
Los recortes sociales, y toda la afrenta pública que está produciendo sobre la gente de bien, son el detonante que ya ha comenzado a romper el régimen que surgió de la Transición. La casta no se entera, y temerosa de perder sus privilegios, carga la artillería contra las gentes que pretenden construir alternativas humanizadas a este modelo político, social y económico absolutamente agotado, que en sus estertores no cesa de causar dolor a gentes inocentes.
Ayer mismo, uno de los candidatos a las primarias del PSOE sacaba un video donde militantes de base de este partido se enorgullecían de pertenecer a la “casta socialista”. Allá cada uno con el mensaje, que luego los hechos son los que nos retratan. Yo, que siento muy cercana esa forma de ser y estar de hombres y mujeres SOCIALISTAS DE VERDAD, no puedo por menos que tildar de mal gusto ese intento de echar por tierra el concepto de casta introducido por PODEMOS. Como si la cosa no fuera con ellos.
Los/as socialistas de verdad que aún militan en el PSOE son de casta, porque tienen una “calidad del origen” (primera acepción del término según la Real Academia Española): un partido fundado en 1879 como referente para las clases más desfavorecidas en la lucha política por la justicia social. El concepto de casta de PODEMOS se refiere a la tercera acepción del término según la Real Academia Española: “grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás” en este caso por pertenecer al conjunto de representantes políticos que lejos de velar por el interés de los más desfavorecidos, están al servicio de los poderes económicos y financieros.
Es lo que tiene la riqueza de nuestra lengua, que con una misma palabra podemos afinar y no mezclar churras con merinas. La casta de políticos sin alma, desde hace más de dos décadas, viene haciendo reformas fiscales al dictado del gran capital. Las mujeres y hombres que quieren tomar las riendas de su destino luchan para desmontar esa casta política privilegiada, para que la justicia social sea la verdadera seña de identidad de nuestra sociedad.